ARTE A TIROS

Salas 306-307

“Descubrir el arte fue una suerte para mí, porque, a nivel psicológico, tenía todo lo necesario para convertirme en terrorista. En lugar de ello, utilicé las armas para una buena causa: la del arte.”

Durante casi diez años, desde febrero de 1961 hasta comienzos de los años setenta, Saint Phalle realiza más de veinte Disparos públicos, obras que se sitúan entre la performance, el Body Art, la escultura y la pintura. La mayoría de ellas fueron filmadas o fotografiadas, y algunas fueron escenificadas expresamente para la televisión. Estas obras tenían como punto de partida un ritual muy concreto: la artista elegía cuidadosamente una serie de objetos, que rellenaba con bolsas de pintura de colores; luego fijaba estas bolsas sobre superficies horizontales que cubría con yeso blanco; después, la propia artista, otros participantes o personas que estaban de paso disparaban contra la pieza, que se “creaba” con la ayuda de una escopeta. Al ver el primer Disparo, el crítico Pierre Restany propuso a Saint Phalle que se uniera al grupo artístico de los Nuevos Realistas. La precocidad de estos Disparos en la historia de la performance y su carácter escandaloso han ocultado toda su complejidad. De hecho, los Disparos presentan múltiples significados, que van desde la puesta en escena de la muerte a la crítica social y política, incluida la lectura feminista.